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miércoles, 8 de julio de 2009

SOLO SABEN MENTIR..........

Cultura de la mentira.

Sin lugar a dudas en nuestra America morena se ha establecido, desde las instacias político Gubernamentales, una cultura de la mentira que pone en riesgo la supervivencia institucional, ataca virulentamente la cultura y somete a los pueblos con un verdadero bombardeo publicitario con el que se pretende enmascarar las realidades que vive el pueblo.

Por este método brutal, que consideramos el gran éxito del izquierdismo, se ha falseado el lenguaje lo que queda claramente demostrado con ese sector haciendo gargaras con las libertades en circunstancias de que es evidente que son liberticidas y completamente anti-democraticos cuyas acciones quedan en evidencia en sus intentos por aferrarse al poder.

El caso de Honduras es sintimático, el ex Guerrillero pro castrista logra ser el representante de la centro derecha, para una vez llegado al poder traicionar lo que dijo defender adscribiendo a un bolivarianismo salvaje, nueva cara del marxismo, traspasa la Leyes y la Constitución en sus afanes por prolongar ilegalmente su mandato.

Vemos en todos los Gobiernos zurdos, sean estos con apariencia más democrativa, como el de Brasil o el de Chile, de tendencias más radicalizadas, como Argentina, o simplemente totalitarios, como los de Venezuela, Bolivia, Ecuador o Nicaragua, con discursos populistas y excesos de publicidad adormeciendo las conciencias populares y ampliando desmedidamente sus problemas.

Con los ofrecimientos de solución a los problemas sociales, que ciertamente no les interesa mejorar, se arraigan en los pueblos para una vez que han logrado establecerse en el poder realizar programas totalmente diferentes a los ofrecidos y dotar a sus Gobiernos de poderes ilimitados que simplemente abrogan las libertades ciudadanas y nos dejan totalmente desprotegidos de sus abusos.

Junto a lo anterior, ellos los defensores de la Justicia Social, la Democracia y las libertades, han inoculado en nuestras sociedades el destructivo gérmen de la corruptela, que actúa como disolvente, que les permite controlar a la ciudadanía, sea por su propio poder económico o por las necesidades de trabajo que ellos llegan a controlar completamente con su estatismo monstruoso.

Son expertos en el engaño y en el uso de las necesidades de los pueblos, en especial de los sectores más desposeídos, en beneficio de sus desmedidas ambiciones de poder, sean estas personales o de las colectividades a las que han adscrito, con lo que traicionan, de manera miserable, la confianza que los pueblos hemos puesto en ellos de dirigir a los países por la senda del desarrollo y la paz social.