Cuidado con las cabezas calientes…..
La herencia del Canciller Foxley sin duda es complicada, a el debemos que Perú nos siga arrastrando el poncho desconociendo los tratados e intentado apoderarse de nuestro mar territorial, el que proyectado a las 200 millas chilenas implica la perdida de miles de kilómetros cuadrados.
El Presidente Alan García se había comprometido a no realizar este proceso, que fue planteado inicialmente por el Gobierno anterior, pero una vez llegado al poder simplemente te olvidó de su compromiso y buscó réditos políticos en una aventura sin destino.
Nosotros, que somos opositores al Gobierno de Bachelet, en esta circunstancia consideramos indispensable la búsqueda de la unidad nacional para enfrentar este proceso, por lo que en esta materia limítrofe nos ponemos tras la Presidente Bachelet y apoyamos la defensa que debe hacer de nuestro territorio.
Lamentablemente en todas las circunstancias conflictivas aparecen los termo céfalos y los que quieren aprovechar políticamente la situación, así hemos visto reaparecer a Ollanta Humala, representante del castro-chavismo, utilizando la emergencia y al ex General Donayre hablando de guerra.
Esperamos que nuestra Cancilleria mantenga la cabeza fría, pero manteniendo la firmeza en la defensa de nuestro patrimonio, en cuya posesión tenemos los títulos suficientes, el aval de la historia y, ciertamente, la sangre derramada por nuestros compatriotas en esos territorios.
No queremos aventuras bélicas, sabemos los inmensos dolores que ocasionan a los pueblos involucrados en esos enfrentamientos, lo que no quiere decir que estemos dispuestos a estas sometidos permanentemente a vecinos que quieren apoderarse de nuestros territorios.
Chile y Perú son hermanos que se complementan y su destino está íntimamente ligado a la situación que afecte al vecino, por lo que imploramos a Dios de la sabiduría necesaria a los Gobernantes para encontrar una solución equitativa que cautele los reales derechos de cada país.
Nuestra posición no está motivada por temores de ninguna especie, solo nos movemos para evitar un enfrentamiento que retrazaría las posibilidades de progreso a ambos países, postergando las legitimas ambiciones de progreso y bienestar de ambos pueblos.