Ya se nos acaba el año y nos encontramos directamente abocados a las festividades de Navidad, a las de año nuevo, además ciertamente de los balances que se hace terminando cada periodo anual. Nos dedicaremos a las festividades de cierre de estos estresantes días que esperamos se lleve el año viejo.
Nuestro primer pensamiento es llamar a todos nuestros compatriotas a recuperar el sentido de la Navidad, en la que conmemoramos el natalicio de Nuestro Señor Jesucristo y el maravilloso mensaje de paz, amor, optimismo y humanidad que nos legó en sus treinta y tres años de vida.
Sin duda la “Pascua” es una festividad de amor, de valores morales, de fraternidad, de solidaridad y no el festival consumista al que quiere llevarnos la industria y el comercio, que con sus afanes vendedores nos inducen a olvidar la importancia valórica de la fecha.
Ya entregado nuestro mensaje pasamos a algunas recomendaciones que por obvias y repetidas parecen darse por sabidas, pero que lamentablemente olvidamos con una facilidad asombrosa, cayendo una y otra vez en la trampa sistemática.
En primer lugar recuerde, las aglomeraciones que se producen en esta época, en la que todos nos dedicamos a comprar regalos, de acuerdo a nuestras posibilidades y también sobrepasándolas, los delincuentes aprovechan de hacer su agosto, aumentando exponencialmente los robos por sorpresa, lanzazos.
Cuando salga a realizar sus gestiones de adquisición de regalos no exponga a la vista de los delincuentes objetos de valor, mantenga su “cartera” firmemente asida y nunca circule en las calles con ella de manera descuidada, no hable por celular a no ser que lo haga con una dispositivo de manos libres.
La situación económica de crisis, además de los incentivos del sistema financiero para entregar créditos, nos puede llevar a agravar el agudo endeudamiento que tienen la mayoría de los ciudadanos, lo que puede llevar a nuestros compatriotas a situaciones sumamente complicadas.
Nuestra recomendación es a recordar que lo importante no es el valor de los obsequios sino que el recuerdo y el cariño que representan, no endeudarse, pues la crisis mundial, agravada por un mal manejo Fiscal, solo nos augura tiempos muy difíciles y una severa contracción de las posibilidades laborales.
Hagamos de las fiestas de fin de año una ocasión para el verdadero amor, ese que se demuestra con hechos y no con objetos materiales o tecnológicos, recuperemos esa solidaridad legendaria de los chilenos, lo que sin duda nos llenará de felicidades