Algunas deudas de la concertación con los chilenos.
Es efectivo que el país ha avanzado en los últimos 20 años, lo que está simplemente a la vista, pero lo que han ocultado es que este progreso es el resultado del sistema económico y político que instauró el Gobierno Militar, cuyo impulso es el que ha permitido que Chile no se detenga, a pesar de los esfuerzos de quienes nos Gobiernan.
Prometieron, en cada uno de los programas de Gobierno que nos han presentado en estos 20 años que cambiarían el esquema, pero sea por incapacidad de crear algo nuevo, y que funcione, o porque han profitado de un progresismo que no les debemos a ellos, nunca han intentado siquiera cumplir las promesas realizadas.
Han dificultado el sistema con medidas estatistas, que son un claro resabio de sus afanes totalitarios que pretenden que todo esté en el Estado como una manera de controlar al pueblo, mantenerle “tranquilo”, lo que les permite seguir aprovechándose de las granjerías que les proporciona el poder que han obtenido.
Nos quieren mostrar que debemos a su “lucha heroica” la recuperación de la democracia, escondiendo la verdad que la democracia se obtuvo con la aprobación plebiscitaria de la Constitución del 80, que establece los plazos y la forma del reencauzamiento de nuestra vida institucional.
Nos han querido convencer que la Constitución es un “enclave de la dictadura”, pero solo han intentado hacerle leves modificaciones, aprovechándose del inmenso poder que le da a quienes han capturado el poder, llegando al cinismo brutal de borrar el nombre de sus autores para poner la signatura de Lagos.
Pretenden que han realizado una magnifica obra de infraestructura en el país, ocultando que esta no ha sido realizada por el Gobierno que licitó las bienes públicos, expropiándoselos a los ciudadanos, para que privados hicieran las obras que ellos no hacen, financiándolas inclusive, para que el pueblo deba volver a pagar por estas “realizaciones”.
En educación y salud, dos temas sensibles porque afectan el porvenir de los más jóvenes y la vida de los más viejos y enfermos, se han insuflado ingentes cantidades de recursos, los que por un lado han sido mal administrados y por el otro se los han robado, obteniendo como resultado retrocesos notorios en ambos rubros.
Nos han subido, a las personas, los impuestos de manera inmisericorde, afectando de manera violenta la calidad de vida de los más humildes, que consumen casi todos sus ingresos, con el alza del IVA del 16 al 19%, casi un 16 %, sin que el pueblo haya recibido del Estado contraprestaciones que justifiquen esta barbaridad.
La seguridad ciudadana simplemente no existe y hemos llegado al absurdo que los espacios públicos han sido copados por las pandillas de delincuentes, que salen inmediatamente cuándo son capturados por la policía, mientras la ciudadanía honesta y trabajadora debe refugiarse enrejada es sus moradas para no ser victima de este flagelo.
En Justicia y equipamiento de las Policías se ha gastado una cantidad ingente de recursos, pero la instauración de Leyes permisivas ha esterilizado los esfuerzos realizado, logrando solo decepcionar a la gente y provocar una inmensa angustia en la familia chilena que ve como se institucionaliza la negación de Justicia.
Podríamos seguir ad eternum, las falencias y los incumplimientos de la concertación parecen ser infinitos, los actos de corrupción se encuentran en todos los ámbitos de la administración publica infectados por la “clase política” que ha accedido al poder en las cuatro Administraciones de esta nefasta coalición.
No hablaremos de Transantiago, Ferrocarriles del Estado, ENAP o CODELCO, donde campean la incapacidad del personal de confianza de los Gobernantes, las deficiencias en la administración y una corruptela desconocida en los casi doscientos años de nuestra joven vida republicana. Por el bien de Chile hay que sacar a la CONCERTArrupción del poder.
Es efectivo que el país ha avanzado en los últimos 20 años, lo que está simplemente a la vista, pero lo que han ocultado es que este progreso es el resultado del sistema económico y político que instauró el Gobierno Militar, cuyo impulso es el que ha permitido que Chile no se detenga, a pesar de los esfuerzos de quienes nos Gobiernan.
Prometieron, en cada uno de los programas de Gobierno que nos han presentado en estos 20 años que cambiarían el esquema, pero sea por incapacidad de crear algo nuevo, y que funcione, o porque han profitado de un progresismo que no les debemos a ellos, nunca han intentado siquiera cumplir las promesas realizadas.
Han dificultado el sistema con medidas estatistas, que son un claro resabio de sus afanes totalitarios que pretenden que todo esté en el Estado como una manera de controlar al pueblo, mantenerle “tranquilo”, lo que les permite seguir aprovechándose de las granjerías que les proporciona el poder que han obtenido.
Nos quieren mostrar que debemos a su “lucha heroica” la recuperación de la democracia, escondiendo la verdad que la democracia se obtuvo con la aprobación plebiscitaria de la Constitución del 80, que establece los plazos y la forma del reencauzamiento de nuestra vida institucional.
Nos han querido convencer que la Constitución es un “enclave de la dictadura”, pero solo han intentado hacerle leves modificaciones, aprovechándose del inmenso poder que le da a quienes han capturado el poder, llegando al cinismo brutal de borrar el nombre de sus autores para poner la signatura de Lagos.
Pretenden que han realizado una magnifica obra de infraestructura en el país, ocultando que esta no ha sido realizada por el Gobierno que licitó las bienes públicos, expropiándoselos a los ciudadanos, para que privados hicieran las obras que ellos no hacen, financiándolas inclusive, para que el pueblo deba volver a pagar por estas “realizaciones”.
En educación y salud, dos temas sensibles porque afectan el porvenir de los más jóvenes y la vida de los más viejos y enfermos, se han insuflado ingentes cantidades de recursos, los que por un lado han sido mal administrados y por el otro se los han robado, obteniendo como resultado retrocesos notorios en ambos rubros.
Nos han subido, a las personas, los impuestos de manera inmisericorde, afectando de manera violenta la calidad de vida de los más humildes, que consumen casi todos sus ingresos, con el alza del IVA del 16 al 19%, casi un 16 %, sin que el pueblo haya recibido del Estado contraprestaciones que justifiquen esta barbaridad.
La seguridad ciudadana simplemente no existe y hemos llegado al absurdo que los espacios públicos han sido copados por las pandillas de delincuentes, que salen inmediatamente cuándo son capturados por la policía, mientras la ciudadanía honesta y trabajadora debe refugiarse enrejada es sus moradas para no ser victima de este flagelo.
En Justicia y equipamiento de las Policías se ha gastado una cantidad ingente de recursos, pero la instauración de Leyes permisivas ha esterilizado los esfuerzos realizado, logrando solo decepcionar a la gente y provocar una inmensa angustia en la familia chilena que ve como se institucionaliza la negación de Justicia.
Podríamos seguir ad eternum, las falencias y los incumplimientos de la concertación parecen ser infinitos, los actos de corrupción se encuentran en todos los ámbitos de la administración publica infectados por la “clase política” que ha accedido al poder en las cuatro Administraciones de esta nefasta coalición.
No hablaremos de Transantiago, Ferrocarriles del Estado, ENAP o CODELCO, donde campean la incapacidad del personal de confianza de los Gobernantes, las deficiencias en la administración y una corruptela desconocida en los casi doscientos años de nuestra joven vida republicana. Por el bien de Chile hay que sacar a la CONCERTArrupción del poder.
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