(Foto : Protestas contra Pascua Lama)
Como verdaderos travestís políticos se están evidenciando los representantes de nuestra izquierda institucionalizada, usamos la denominación para diferenciarlos de la extra Parlamentaria, que ahora aparecen adorando al mismo Frei han que han criticado de manera bastante descarnada y al que, como la mayoría de los chilenos, han calificado como uno de los peores administradores que ha tenido el Estado, el que por acción o por omisión dañó a centenares de miles de nuestros compatriotas.
Frei, a su vez, nos presenta una faceta de transformista increíble al pretender que en una nuevo Gobierno suyo sería una alternativa contra el capitalismo, del que el se nutre de manera cómoda, e intentando ocultar los valores que siempre ha dicho defender, los que ahora relativiza de una manera que no puede sino llamar al escándalo a la opinión pública, que observa atónita como se resbala para no pronunciarse sobre aborto y eutanasia, ofreciéndonos además un compromiso (¿’) con la honestidad y la transparencia.
Pareciera que el postulante DC-marxista se ha olvidado, de manera bastante conveniente, que destruyó a la PYMES y a la clase media con su mal manejo de la crisis asiática, que condenó a una inmensa cantidad de chilenos a la desesperación, la miseria y el desempleo, que en su Gobierno de comenzó a corromper el país con las “sucias” maniobras de los laquistas en el MOP, que provocaron la muerte de varias personas en raras circunstancias y muy ligadas al sistema de sobresueldos ideado para servirse del Estado.
Ahora el candidato nos habla de exclusiones, distribución de ingresos y de innovadores proyectos de desarrollo energético, inclusive negando los apoyos que ha dado a la construcción de represas en todo el sur, con claros acentos en la ecología y la sustentabilidad, demostrando una extraña amnesia sobre lo realizado en sus 6 años de desgobierno, en los que simplemente te ahondaron las situaciones de injusticia, sectarismo y se provocó un intenso daño al sistema natural chileno.
Nos pretende convencer el aspirante a la presidencia sobre sus características democráticas y cristianas, las que claramente son desmentidas por sus propios actos, que demuestran una intransigencia feroz, una intolerancia impactante, una “sordera” selectiva que solo le permite escuchar los halagos de sus amigos y una permanente descalificación a todos los que tengan posiciones distintas a las del conglomerado oficial.
La siembra permanente de odiosidades, y ahora la pretensión de explotar políticamente la muerte de su padre, nos demuestra que el candidato tiene una sería dicotomía moral, en la que solamente te encuentran justificadas sus ambiciones personales de poder, aunque, al igual que hizo su padre termine abriéndole camino a los devaneos totalitarios de sus “socios” que solo sueñan con aherrojarnos a dictaduras del proletariado o a experimentos pseudo-democráticos como el del PRI Mexicano o el bolivarianismo de Chávez.
No dejarnos engatusar, es decir no escuchando los cánticos de sirena con los que nos quieren volver a engañar, estamos contribuyendo a que nuestro país y su pueblo tengan un porvenir, sacando del poder a la mafia que se ha encaramado a él, sin duda ayudará a dignificar la actividad pública tan dañada por la deshonestidad que han demostrado en estos casi 20 años en los que han ejercido con extrema corrupción el poder político nacional.
Los olvidos de Frei.
Como verdaderos travestís políticos se están evidenciando los representantes de nuestra izquierda institucionalizada, usamos la denominación para diferenciarlos de la extra Parlamentaria, que ahora aparecen adorando al mismo Frei han que han criticado de manera bastante descarnada y al que, como la mayoría de los chilenos, han calificado como uno de los peores administradores que ha tenido el Estado, el que por acción o por omisión dañó a centenares de miles de nuestros compatriotas.
Frei, a su vez, nos presenta una faceta de transformista increíble al pretender que en una nuevo Gobierno suyo sería una alternativa contra el capitalismo, del que el se nutre de manera cómoda, e intentando ocultar los valores que siempre ha dicho defender, los que ahora relativiza de una manera que no puede sino llamar al escándalo a la opinión pública, que observa atónita como se resbala para no pronunciarse sobre aborto y eutanasia, ofreciéndonos además un compromiso (¿’) con la honestidad y la transparencia.
Pareciera que el postulante DC-marxista se ha olvidado, de manera bastante conveniente, que destruyó a la PYMES y a la clase media con su mal manejo de la crisis asiática, que condenó a una inmensa cantidad de chilenos a la desesperación, la miseria y el desempleo, que en su Gobierno de comenzó a corromper el país con las “sucias” maniobras de los laquistas en el MOP, que provocaron la muerte de varias personas en raras circunstancias y muy ligadas al sistema de sobresueldos ideado para servirse del Estado.
Ahora el candidato nos habla de exclusiones, distribución de ingresos y de innovadores proyectos de desarrollo energético, inclusive negando los apoyos que ha dado a la construcción de represas en todo el sur, con claros acentos en la ecología y la sustentabilidad, demostrando una extraña amnesia sobre lo realizado en sus 6 años de desgobierno, en los que simplemente te ahondaron las situaciones de injusticia, sectarismo y se provocó un intenso daño al sistema natural chileno.
Nos pretende convencer el aspirante a la presidencia sobre sus características democráticas y cristianas, las que claramente son desmentidas por sus propios actos, que demuestran una intransigencia feroz, una intolerancia impactante, una “sordera” selectiva que solo le permite escuchar los halagos de sus amigos y una permanente descalificación a todos los que tengan posiciones distintas a las del conglomerado oficial.
La siembra permanente de odiosidades, y ahora la pretensión de explotar políticamente la muerte de su padre, nos demuestra que el candidato tiene una sería dicotomía moral, en la que solamente te encuentran justificadas sus ambiciones personales de poder, aunque, al igual que hizo su padre termine abriéndole camino a los devaneos totalitarios de sus “socios” que solo sueñan con aherrojarnos a dictaduras del proletariado o a experimentos pseudo-democráticos como el del PRI Mexicano o el bolivarianismo de Chávez.
No dejarnos engatusar, es decir no escuchando los cánticos de sirena con los que nos quieren volver a engañar, estamos contribuyendo a que nuestro país y su pueblo tengan un porvenir, sacando del poder a la mafia que se ha encaramado a él, sin duda ayudará a dignificar la actividad pública tan dañada por la deshonestidad que han demostrado en estos casi 20 años en los que han ejercido con extrema corrupción el poder político nacional.