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sábado, 9 de octubre de 2010

FACTORES DE PODER, por Patricia Poleo.


FACTORES DE PODER,

por Patricia Poleo.



Para quienes los juegos de azar han sido siempre un enigma, la expresión “ven a mí que tengo flor” utilizada por Hugo Chávez en cada una de las expropiaciones que anuncia, no tiene mucho sentido. Pero es realidad, según explicó un lector a ésta columnista; es una frase propia del popular juego de cartas llamado Truco.

Hugo Chávez, experimentado truquero de cuartel, usa la expresión cuando expropia (confisca), maltrata, abusa, insulta, humilla y difama contra una víctima indefensa que no cuenta con el apoyo de revolución armada, milicianos o instituciones fundamentalistas rojas (secuestradores de la institucionalidad democrática y del estado de derecho). El “ven a mí que tengo flor compadre” presidencial es el “gatillo rojo” que ejecuta inocentes, guillotinados públicamente, en la tribuna roja de la función dominical del circo Aló Presidente.


En Venezuela, la estructura democrática del país está neutralizada al estar sometida y dominada por un grupo fundamentalista que impone su voluntad al resto. Se ha implantado un modelo caracterizado por el “terrorismo institucional”, que somete al ciudadano a la voluntad de una sola persona y sus derechos quedan sujetos a una especie de “ruleta rusa”, que se activará dependiendo de la sumisión o no del ciudadano. Los rebeldes son ejecutados un día domingo cualquiera, públicamente, en el “paredón de la tribuna roja” frente al verdugo que sentencia con el temible: “Ven a mí que tengo flor, compadre”.


“Ven a mi que tengo flor compadre” apareció post 26S para expropiar (confiscar porque Hugo Chávez actúa sin juicio previo y sin pagar) a la empresa Agroisleña, como respuesta a los votos ciudadanos. La historia reciente dice que mientras mas se vota en Venezela, más se confisca la Democracia.


Es justo recordar que el único momento donde esa confiscación se contuvo durante un año, fue en el 2005 cuando el líder Rosalio Cardenal Castillo Lara comenzó una campaña para llamar a la abstención ante la pérdida evidente de la democracia. ¿Cuál fue la consecuencia de la abstención 2005? A pesar de haber ganado todos los escaños en la AN en diciembre del 2005 con una “pírrica” participación del 15% del voto popular, Hugo Chávez se quedó quieto, como en misa, al verse desnudo y descubierto ante los ojos del mundo. ¿Por qué? La brutal abstención del 85%, desmentía el fulano apoyo popular y enviaba un mensaje al mundo de que no se votó por no haber democracia y punto. Sólo que este mensaje no fue realmente aprovechado desde la oposición.


Para quienes como Julio Borges venden (con oculta intención) el argumento de que la abstención del 2005 fue un gran error político que le entregó a Chávez el control absoluto de la AN, es importante revisar la historia reciente. Cuando Chávez llegó al poder en 1998, la oposición tenía mayoría de 62% en el viejo congreso bicameral. En el año 2000, luego de la Mega Elección, la oposición tenía alrededor de 80 diputados (15 mas que lo logrado el pasado 26S). ¿Y cómo se tradujo esa representación importante de diputados de oposición en la AN, en términos de frenar al terrorismo institucional? Pues…en nada.


Hugo Chávez necesita que la gente vaya a votar para que no le desnuden su dictadura como ocurrió en diciembre del 2005. Mientras mas votos haya, pues mejor para la consolidación del “Proceso”. Todo está estructurado para que la vía del voto para acceder al poder sea todo una “misión imposible” en Venezuela.


Los hechos de la realidad situacional de una Venezuela en donde la democracia es una fachada barnizada por el engaño rojo, pues la democracia ha sido confiscada, ameritan un análisis profundo. La otra manera de ver las cosas, mañana, en este mismo espacio.


Esta columna fue tomada de http://radionexx.com/, la voz de la libertad.