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jueves, 14 de octubre de 2010

Coartada de los Kirchner y de un prófugo, por Hernán Felipe Errázuriz.


Coartada de los Kirchner y de un prófugo,

por Hernán Felipe Errázuriz.


Escribí que el Presidente Piñera, al votar por Néstor Kirchner para dirigir Unasur, cerró los ojos, pensando en los superiores intereses de Chile. Close your eyes, open your legs and think of England, aconsejó la reina Victoria a una dama de la Corte acosada por un marido desagradable, conveniente para la Corona. Incrédulo debe haberse sentido el Presidente al firmar, bajo el encabezado ritual "Grande y buena amiga", las credenciales de nuestro embajador dirigidas a la Presidenta Cristina Kirchner. Después, se le debe haber revuelto el estómago al canciller chileno al concluir -haciendo "propicia la ocasión para reiterar las seguridades de su consideración y estima"- la nota verbal por el rechazo de la extradición de un prófugo del juicio por el asesinato del senador Jaime Guzmán Errázuriz y el secuestro de Cristián Edwards del Río. La diplomacia tiene sus códigos y lenguajes, que deben respetarse.



Es incomprensible que esa nota verbal (que ni siquiera es de protesta, pues no contiene tal palabra) al rechazo de la extradición reclame por "la decisión de la Comisión Nacional de Refugiados (Conare)", y no por una resolución del gobierno argentino. Conare debió omitirse en la nota y no por semántica: nombrarla sirve de coartada e impunidad a los Kirchner, dado que la Conare depende de su gobierno. Peor, la protesta se debilitó cuando se efectuó la reunión de fronteras en medio de sonrisas y abrazos, porque sólo se cambió la fecha de la cita de los ministros de ambos países y porque el presidente de la Corte Suprema de Chile guardó silencio ante el desconocimiento aberrante de su petición de extradición. En cambio, en Argentina, hasta el Vicepresidente estimó que se debió dar curso a la extradición.



Los Kirchner no son "grandes amigos" de Chile. Opositores del tratado de Paz y Amistad que evitó una guerra fratricida, transgredieron el tratado que aseguraba el suministro ininterrumpido de gas a Chile y, para favorecer su reelección, negaron la extradición. Meses antes se suscribió un acuerdo bilateral para agilizar las extradiciones para hacer justicia y combatir la delincuencia. Nuevamente, el matrimonio presidencial ha menoscabado las confianzas bilaterales que se han trabajado por décadas, a los dos lados de la frontera, con la participación de sus predecesores.



Los cálculos electorales de los Kirchner se han equivocado, han indignado a la sociedad chilena y en su propio país han sido reprendidos con inusual dureza.



La Cancillería chilena, ajena a una diplomacia ruidosa, respetuosa de las reglas para relacionarse y alcanzar la paz, debe exigir al gobierno argentino que revise su proceder si quiere tener buenas relaciones con Chile.



La Cancillería chilena debe exigir al gobierno argentino que revise su proceder si quiere tener buenas relaciones con Chile.