Educación: la importancia de la agenda hormiga,
por Claudia Peirano.
El nuevo equipo de educación tendrá que enfrentar importantes tareas para la futura regulación del sector, como la implementación de la Superintendencia, la Agencia de Calidad y la nueva carrera profesional docente. Sin embargo, es fundamental que al mismo tiempo tenga la capacidad para entrar al detalle de lo que hoy está sucediendo en las salas de clases.
La mayor parte de los establecimientos educativos del país está involucrada en una reforma silenciosa que puede empezar a cambiar la historia de la calidad de la educación en Chile. Hay decenas de miles de profesores que están trabajando para que sus alumnos cumplan estándares de lectura y de aprendizaje de primero a cuarto básico, en el marco de la Subvención Escolar Preferencial (SEP). Más de 7.000 escuelas están próximas a iniciar el segundo año de implementación de un plan de mejoramiento educativo cuatrienal. Para ello cuentan con una importante cantidad de recursos adicionales, que en el caso de las escuelas más vulnerables puede alcanzar cerca del 50% de los ingresos habituales por subvención.
Por primera vez los equipos directivos y los sostenedores han tenido la libertad de escoger cómo invertir estos recursos. Las escuelas municipales y particulares subvencionadas están empezando a operar con medios que nunca antes habían estado a su alcance, como asesorías didácticas especializadas, apoyo de psicólogos y psicopedagogos, la posibilidad de que los profesores jefes dispongan de tiempo para preocuparse de sus alumnos y mejorar significativamente los sistemas de evaluación de aprendizajes, entre otros.
El plan SEP, además, plantea por primera vez consecuencias para los sostenedores. Aquellas escuelas que han tenido un historial de malos resultados y que no logren cumplir con las metas serán intervenidas. Los establecimientos que logren alcanzar los estándares de enseñanza obtendrán mayores niveles de autonomía. El sistema educacional chileno está en el medio de un proceso audaz en que el Estado le traspasó la responsabilidad de las decisiones y los resultados a los encargados de la educción en cada rincón del país.
Por innovadora, esta política también está expuesta a múltiples riesgos. La inexperiencia de los profesionales del sector en gestionar recursos de esta magnitud, la burocracia de los procesos de compra y de control, la incipiente madurez del mercado de asesorías y el natural desconocimiento de muchos directores sobre las opciones más efectivas de inversión escolar podrían atentar contra el cumplimiento de los objetivos de calidad.
Las nuevas autoridades tienen el desafío de acompañar este proceso con excelencia. El presupuesto SEP es el plan de apoyo escolar más importante del sector y existe un amplio consenso político en que la SEP debiera ampliar su financiamiento y extenderse a la educación media. El proceso SEP 2009–2012 es la oportunidad más significativa que el país ha tenido para evaluar cuán importantes son los recursos en educación y la acción se va a centrar en cada una de las escuelas del país en los próximos tres años.
Esta es la agenda hormiga, una enorme cadena de esfuerzos liderada por los profesores que hoy están comprometidos con que sus estudiantes aprendan a leer fluidamente y mejoren sus resultados en el Simce. Es este mundo de miles de pequeñas iniciativas orientadas a cumplir metas muy precisas el que requiere de la atención prioritaria de las nuevas autoridades