Reflexiones sobre el “vuelo” de los millones….
Torrentes de palabras se han utilizado para “escabullir el bulto” a las responsabilidades que cabe a los Gobiernos de Patricio Aylwin Azocar y Eduardo Frei Ruiz-Tagle en la compra de material de guerra para la Fuerza Aérea de Chile.
En el Gobierno del primero, Aylwin, se firmaron los contratos, que fueron signados por el propio Presidente, el Ministro de Defensa, el Ministro de Hacienda y el subsecretario de Aviación, los que sin duda deben afrontar las responsabilidades que les cabe en las irregularidades.
El Gobierno de Frei “implementó” la compra, recibió las denuncias de la existencia de comisiones ilegales, las que nunca fueron investigadas, lo que al menos establece una irresponsabilidad para con la forma en que se gasta el dinero de los chilenos.
El Consejo de Defensa del Estado y la Corte Suprema, que también fueron advertidos de las circunstancias extrañas que había en este negocio tampoco se preocuparon de hacer nada por aclarar los sobreprecios que se habría pagado.
Hasta el momento no hemos encontrado la participación cierta de personal de la FACH en la compra de estos equipos, que claramente se compraron por una determinación política de los Gobiernos de turno.
Nosotros, que no somos quienes para juzgar a nadie, solo esperamos que esta vez la Justicia no abdique de su obligación de llegar a fondo en este enojoso asunto y se apliquen las sanciones que corresponda a todos los involucrados.
Creemos, que este momento en que toda la clase política se muestra escandalizada, sea el tiempo propicio para que se comience a investigar todas las irregularidades que ha habido durante los cuatro Gobiernos de la concertación y que han costado tan caras a los chilenos.
Compras de quipos obsoletos a precio de nuevos en ferrocarriles, la venta de los terrenos de cerrillo, la compra de submarinos experimentales en vez de los Alemanes de probada calidad, las contrataciones de asesorías brujas, son algunos de los temas “pendientes”.
Nos gustaría ver que los Tribunales de Justicia muestran el celo necesario para cautelar los intereses del pueblo de la misma manera en que son funcionales, y muy eficientes, en su colaboración a la vendetta izquierdista contra los uniformados.
La Constitución establece que todos los chilenos somos iguales y que no hay clases privilegiadas, por lo que exigimos se sancione de manera ejemplar a todos los que han abusado, de manera miserable, de la confianza nacional.
Los escándalos se han sucedido de manera alarmante durante estos 20 años, sin que haya habido condenas sancionatorias, salvo a algunos peces pequeño, por que siempre los “grandes tiburones” expertos depredadores, han escapado de las responsabilidades.
