Una mirada a la educación,
por Mario Montes.
La educación heredada de la concertación es brutalmente mala, deficiente en términos de calidad, carente de contenidos apropiados a la época, con una insuficiente infraestructura y inhumanamente segregadora, que confina a los más debiles de la sociedad a un futuro negro, lo que ha motivado al Gobierno de Piñera a hacer una revolución en esta materia.
La idea de promover que los mejores estudien pedagogía es revolucionaria, en un sistema que hasta hace sólo unos meses se ingresaba básicamente por no tener los puntajes necesarios para aspirar a ingresar a otra carrera, con incentivos para que los mejores puntajes se interesen en una carrera que la escasa calidad de una parte del magisterio ha desprestigiado.
No sólo es necesario que los profesores esten capacitados para realizar buenas clases, sino que, además, el maestro cuenten con los elementos de apoyo necesarios para interesar a los alumnos en las materias que se pasa, además, por cierto de volver a dotar al pedagogo de la Autoridad necesaria pata imponer orden en las salas de clases.
Se debiera, tambien encargar al SENAME, la preocupación por la forma de vida de los alumnos, la forma en que van adquiriendo los conocimientos antes de la entrada a la escuela y desarrollar, como formación de familia, los potenciales de esos niños para que no lleguen al colegio con irreparable retraso cognitivo.
Se ha destacado, con una amplia profusión la brecha que existe entre los colegios privados y los Municipales, pero dolosamente se han abstenido de señalar que la educación de los “privilegiados” tambien es mala, retrazada en el tiempo y no contemporanea con las necesidades del país que busca desesperadamente llegar al desarrollo.
El Ministerio de Educación no debe seguir abdicando, como lo ha hecho en los últimos 20 años, de su obligación de diseñar programas de estudio acordes a la época ni tampoco del control estricto que las materias se pasen, además de un exaustiva fiscalización de los dineros fiscales involucrados.
Las evaluaciones de los maestros, aunque la cupulas sindicales se opongan, son fundamentales para mejorar el sistema educativo, pues como todos sabemos no han llegado a la carrera los mejores ni aquellos que tienen vocación, lo que hace indispensable remover a muchos elementos del medio de la pedagogía.
Porque no queremos más juventudes con sus sueños castrados, porque no queremos seguir siendo testigos de la falta de oportunidades de los jóvenes, porque nos provoca dolor ver a muchachos y muchachas desorientados y sin expectativas, instamos al Ministro de Educación a seguir adelante con la imprescindible reforma a la educación.