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viernes, 25 de febrero de 2011

Humor y reina en Viña...



Humor y reina en Viña...

por Mario Montes.





El humor ha dado la nota alta en el Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar, donde los organizadores descuidaron la limpieza del espectáculo, convirtiendo este segmento de la fiesta en algo chabacano y donde se explota la risa fácil que proporciona el garabato, recurriendo al expediente fácil del abuso del sexo o bien burlarse de algunos grupos de nuestra sociedad.



Hemos echado de menos la creatividad que se asocia con el humor, la caricaturización de la contingencia, el chiste que se ocupe de los devaneos de nuestros políticos, aquellos chiste blancos que hicieron famosos a tantos humoristas, una elevada mirada de nuestra sociedad, que por lo que vimos en las rutinas se reduce a grupos homosexuales o al uso indiscriminado de la suciedad que algunos asocian al sexo.



Chilevisión ha hecho honor a los motes con que los ha bautizado el público chileno, Chulovisión, Sexovisión o Groserovisión, proyectando al mundo una imagen chata, sin valores y monotemática del país, dejando de lado la verdadera “picardía del chileno” que fue reemplazada por la búsqueda fácil del apoyo de la galería utilizando imágenes verbales explicitas buscando el aplazo rápido.



Ya habíamos visto por donde venía la mano al ver las grotescas maneras con que las candidatas a reina del festival, torneo organizado por el Diario La Cuarta, explotando brutalmente sus atributos físicos, naturales o fruto de la cirugía, mostrando lo más posible, con absoluto desenfado, y ofreciendo de todo para convencer al electorado conformado por la peor parte de la prensa nacional.



La féminas que participan en este concurso, en el que se trata de mostrar al máximo la anatomía femenina, le hicieron un flaco favor a la causa de las mujeres, pues ellas, voluntariamente, se convirtieron en objetos sexuales de las fantasías de los reporteros de farándula, una especie de periodistas y opinólogos que están dinamitando los valores nacionales y rebajando a la mujer en su dignidad.



Este comentario lo hacemos sin haber escuchado a Meruane, sólo refiriéndonos al publicitado reencuentro de Gangas con el público de la Quinta Vergara y con la participación de Mauricio Flores, con su personaje Tony Esbelt, llenaron la tradicional fiesta viñamarina de chabacanería, grosería y mediocridad, lo que sin duda debe hacer meditar a las Autoridades Municipales y a Chilevisión sobre el mensaje que están entregando.



Lo más triste es que entre el público asistente a la Quinta Vergara vimos a muchos niños y también a menores de edad, los que sin duda alguna, a pesar de realizarse en festival en horario de adultos, junto con los niños en las casas, no hay que olvidar que están de vacaciones, han sido bombardeados por una asqueante vulgaridad, llena de antivalores que en nada aportan en su desarrollo como personas.