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lunes, 5 de octubre de 2009

Por un Chile mejor, no más concertación.



Sigamos con el Señor Frei.

Don Eduardo se nos quiere presentar como una alternativa de futuro, lamentablemente sus hechos y sus compañías le ligan de manera indiscutible con un pasado que todos los chilenos quisiéramos olvidar, un pasado de odiosidades y de un completo saqueo a la economía nacional.

Miremos las nuevas caras de Frei, Bowen, un hombre cercano a Barrick Gold, la empresa con capitales de los Bush que nos amenaza con provocar daños irreversibles a la cuarta Región, que llegó a Chile merced de un absurdo tratado minero firmado por el Gobierno de Frei.

El resto de las caras que nos muestra su comando son los mismos de siempre, con los mismos odios y mezquindades que les han caracterizado, pero, lo más grave son los mismos que causaron el quiebre social e institucional de 1973 y que dejaron al país en ruinas.

Se nos quiere presentar como un “justiciero” en los social prometiendo todo tipo de reformas para el próximo cuatrienio, olvidándose tal vez involuntariamente que el fue Presidente de la República por 6 años en los que hizo lo contrario de lo que hoy está predicando que hay que hacer.

Lalito y sus equipos han demostrado una increíble capacidad para la fabricación de eslóganes publicitarios con los que engañar a la gente para que vote por ellos, pero a la hora de los hechos han demostrado una sorprendente incapacidad para hacer bien las cosas y una escalofriante falta de honestidad.

Los Gobiernos de la concertación, que tratan de vestirse con los resultados de un sistema que les repugna y que anunciaron cambiarían apenas llegaran al poder, han significado declinación de todas las actividades productivas nacionales, lo que se refleja en los inmensos índices de cesantía que han mantenido.

Si no fuese por los altos precios que han alcanzado en los últimos tiempos los productos de exportación, en especial el cobre y sus derivados, a más del papel y las maderas, Chile se encontraría en dificultades serias, pues ha aumentado el gasto exponencialmente sin producción que lo sustente.

Ahora nos hablan del Estatismo como solución, por cierto después que ellos han vendido el país completo a empresas extranjeras, pero silenciando de manera engañosa la necesidad de mejorar la calidad del Estado y poniendo el énfasis solo en el propuesto aumento de este.

Un Estado con mas poder significa transferir el poder de las personas, de los ciudadanos a la esfera de los políticos, por cierto a los que usufructúan del poder político, lo que irremediablemente implica una transferencia de nuestras libertades a manos de la burocracia estatal.

Nosotros abrogamos por un Estado pequeño, opero que no abdique de sus obligaciones contraloras y normadoras, sobre todo para evitar las injusticias, que aseguren a los ciudadanos tranquilidades para vivir y emprender, única manera de superar la pobreza que afecta a millones de compatriotas.

El Estatismo que nos proponen es la antesala del totalitarismo pues concede a quienes administran el poder político poderes de decisión tan poderosos que transforman a la ciudadanía en dependientes de la voluntad Gobernante, con lo que se eternizan en el poder. No queremos un Estado asistencial, queremos oportunidades para todos los chilenos.

Por un Chile mejor,
no más concertación.