Carrera
docente y sector particular subvencionado,
por
María Paz Arzola.
Se
envió el proyecto de ley que establece una carrera docente y mayor
autonomía para el sector municipal, junto con más exigencias para
ingresar a la profesión en todo el sector subvencionado. Se busca
alinear responsabilidades y atribuciones, pues el actual Estatuto
Docente centraliza las decisiones de contratación, despido y
remuneración de profesores, aunque son los sostenedores y directores
los que pueden hacer el mejor diagnóstico y evaluación, y los que
deben responder por los resultados de los establecimientos. Como
consecuencia. los docentes no son hoy recompensados por su buen
desempeño en el aula, ni tampoco se incentivan las buenas prácticas.
La institucionalidad de la educación municipal es la que se rige por
el Estatuto Docente, y es por lo tanto la que se ve afectada por la
problemática recién descrita.
Los
colegios particulares subvencionados, por su parte, no enfrentan este
problema, pues tienen un dueño que debe responder por los resultados
y que a su vez tiene las atribuciones para gestionar sus recursos
económicos y humanos. Esta autonomía y la debida rendición de
cuentas han permitido que en promedio obtengan mejores resultados que
el sector municipal. Además, no están protegidos de la fuga de
alumnos en caso de malos resultados, y si fracasan, deben cerrar. Más
aún con la implementación de la Agencia de Calidad, encargada de
velar por el cumplimiento de estándares , y la Superintendencia, que
fiscalizará el uso de los recursos públicos. No es por tanto
necesario imponer a sostenedores privados un sistema de evaluación y
remuneración centralizado: ya hay incentivos para que se tomen
voluntariamente medidas para contar con buenos profesores.
En
segundo lugar, si las remuneraciones del sector municipal suben, el
sector particular subvencionado, que debe al menos adoptar el sueldo
mínimo del nivel de desarrollo inicial, de todas formas tendrá que
ir más allá si quiere competir por buenos profesores; de lo
contrario, los mejores se irán al sector municipal. De esta forma,
el aumento de la subvención previsto para financiar las mayores
remuneraciones se justifica para ambos sectores.
Sin
duda las modificaciones propuestas apuntan en la dirección correcta,
pues permiten llevar a cabo una descentralización pendiente y, lo
más importante, permiten que los profesores sean recompensados de
acuerdo a su verdadero aporte. Si bien persisten aspectos
centralizados, se entiende que éste es un proceso gradual hacia la
completa autonomía. La idea de incluir al sector particular
subvencionado en la nueva carrera docente en nada ayudaría, sino
todo lo contrario: quitaría libertades a esos colegios y pondría
más rigideces justamente donde lo que se busca es flexibilidad.
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