miércoles, 23 de abril de 2008
La juventud que queremos y la píldora.
El tema de la píldora del día después, a la que nosotros llamamos asesina, va más allá de abortar a un ser de gestación ya iniciada, o de que la mujer pueda disponer a su arbitrio de su cuerpo, o de cómo se sostiene en cartelería profusamente distribuida por la ciudad en el tema de la libertad para elegir.
Nosotros pensamos que si bien existe un tema moral, que complica a los seguidores, en especial de la Iglesia Católica, existe una serie de otras connotaciones que nos han sido "ocultadas" por ríos de tinta y propaganda que solo buscan mantener a la ciudadanía lo más desinformada posible para manipularla.
El verdadero problema es que el Estado esta secuestrando a los hijos de la influencia de los padres e intentando reemplazar a estos en un tema sensible, para continuar con la campaña oficial de "animalización" que se concreta con la vida solo para satisfacción de los placeres sensoriales.
Por otro lado entregar una píldora de estas características a muchacha de 14 años, lo que nos parece criminal, es simplemente "robarle" a los niños la inocencia de su infancia en un intento, grotesco pensamos, por subvertir a la familia, porque la sienten un baluarte de la nacionalidad.
La Ministro de Salud, la ex de Educación, la Presidente de la República, los Partidos de izquierda han mantenido una línea constante de debilitamiento institucional, lo que sin duda requiere no tener una familia fuerte y contar con una institucionalidad lo más debilitada posible.
Entre las "verdades a medias" que han extendido han planteado que aquí hay gente que pretende censurar o impedir libertades, olvidando que quienes quieren imponer, utilizando inclusive su aplanadora publicitaria, son los actuales ocupantes de La Moneda, que no se resignan a perder en ninguna instancia.
Hemos sostenido que son fantásticos fabricantes de eslóganes, impresionantes falsificadores de realidades, profesionales de la desinformación, la situación que estamos viviendo con este fármaco es una prueba clara de que no nos hemos equivocado al evaluar al oficialismo.
Lo que vemos como más grave es que movilizan masas para apoyar sus posturas a las que simplemente engañan con simplificaciones extremas o simples timos, llevándolos a sus "protestas" movidos por falsedades de un corte anti-democrático, que linda con el totalitarismo del que acusan a sus rivales.
Pretender que niños, que legalmente no son siquiera responsables de sus actos, decidan si "liquidan" o no al ser que ha iniciado su vida es una irracionalidad, o un acto malévolo para torcer las voluntades populares y así poder hacerse fácilmente con las libertades que tanto ha costado obtener.
Cuidado, aquí no se trata de la legitimidad o ilegitimidad de la píldora, el asunto es mucho más grave, es sobre si tenemos derecho a educar a nuestros hijos según nuestros valores o si al contrario el Estado debe reemplazarnos para imponer ópticas de vida distintas a las de la sociedad.