EL TURISTA.
La cobertura que le da la prensa al “turista” estadounidense Douglas Tompkins, nos parece sospechosa de formar parte de una embestida promocional-publicitaria y de relaciones públicas del magnate presuntamente ecologista.
Hace 19 años que el “gringo” vive en Chile, ciertamente utilizando resquicios de nuestras leyes de inmigración para favorecer su larga, poco productiva y hasta ingrata visita a nuestro país.
Se han dado cuenta de que este sujeto simplemente ha cortado el país en dos, ha impedido la conectividad de parte de nuestro territorio nacional, ha perseguido sin misericordia a quienes vivían en lo que hoy son sus tierras.
En una nota publicada por un vespertino de la capital hasta tuvo el mal gusto o la indecencia de calificarse como un amante de Chile, con cuyo progreso, dice, se siente comprometido.
No dudamos que el Parque Pumalín es precioso, que es una reserva importante del mundo, pero tampoco debemos dudar de nuestro derecho, como país, a explotar “sustentablemente” nuestras riquezas.
No nos agrada que corporaciones internacionales, ONG´s aparentemente sin fines de lucro pretendan, como mandantes de sus dueños, autoridades de USA, venir a imponernos lo que ellos no practican.
A un turista desagradable y poco grato se le ha dado una inmerecida tribuna, con lo que el se ha sentido en el derecho de criticar a nuestro país, sus instituciones y hasta a nuestras autoridades.
Chile no puede permitir que un “extraño”, tampoco nacionales, porque maneja mucho dinero humille a nuestros con-nacionales, como sucedió con la brutal expulsión de los colonos que habitaban en esos extensos territorios.
Chile no puede aceptar que desde el exterior se “gatillen” campañas sucias de competencia, contra las represas, para proteger sus energías, contra los salmones, para proteger sus cultivos, o contra nuestro desarrollo para permitir su bienestar.
No dudamos que Tompkins es un sujeto inteligente, solo hay que mirar el imperio que ha montado con la plata de otros y las riquezas de nuestro pueblo, lo que le permitirá idear otro tipo de actividad.
Los chilenos bien nacidos, esos que no aceptamos las recetas de las internacionales socialistas ni el dominio del imperio yanqui, no queremos a tipos de esta calaña en nuestro país.
Recordando los tiempos en que los zurdos eran zurdos y no los burgueses capitalistas en que se han convertido, solo diremos al gringo: Yanqui go home.
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