Promocione esta página...

jueves, 26 de noviembre de 2009

20 años son muchos......

(Mario Montes, director de Reacción Chilena)


Estos 20 años de Gobierno de la concertación han evidenciado progreso, de eso hay pocas dudas, esto sin duda no es mérito de la coalición oficialista, es el resultado de las políticas sociales y económicas instauradas por el Gobierno Militar que encabezar el General Pinochet.

Todos los programas que el oficialismo ha presentado al electorado han prometido cambiar el esquema de la “dictadura”, pero engolosinados con las expectativas y entusiasmados por cifras positivas, han abjurado de sus ofertas, sepultándolas en el baúl de los recuerdos.


Nunca en Estado chileno había tenido la inmensa cantidad de recursos con que ha contado estos años, sin embargo, los resultados para la gente han sido desastrosos, pues han aplicado un sistema que no les gusta, entrabando de manera sutil las posibilidades de mayor progreso.


Inmoralmente se han apropiado de la obra de otros, vistiéndose con un ropaje que no les corresponde y por medio de una publicidad atosigadora han intentado presentar los “éxitos” como propios, cargando los fracasos a quienes entregaron el poder hace 2o años.


Una grotesca ejemplificación de lo que describimos fue la bullada reforma a la Constitución de Lagos, en la que después de leves modificaciones, el ex Gobernante le cambió la firma de quienes la promulgaron, reemplazándola por la propia y la de sus secuaces.


Las inversiones públicas han sido desastrosas, baste ver los resultados en salud, educación o la vergüenza de casas que recién entregadas se llueven o puentes que recién inaugurados se desploman intempestivamente. Loncomilla y COPEVA quedaran en los anales de la incapacidad.


La delincuencia, merced a legislaciones mal realizadas y a reformas en los Procedimientos Procesales mal implementadas, se ha apoderado del país, manteniendo a la gente de trabajo “aprisionada” en sus casas mientras los maleantes circulan libremente.


La corruptela y la incapacidad que han inoculado en el Estado ha sido en resultado inevitable del vil cuoteo con que se han repartido el botín Estatal, obteniéndose resultados dramáticos como un Transantiago mal concebido y mucho peor ejecutado.


El Cobre, presuntivamente de todos los chilenos, se ha transformado en una caja pagadora de favores políticos, lo que ha incidido dramáticamente en una impresionante caída de la productividad y un desproporcionado aumento de los costos de extracción.


Estos cuatro Gobiernos han terminado por desencantar a una población que les “compró” sus buenas intenciones y creyó en las ilusiones que sembraron, el despertar ha sido doloroso, hemos sido burlados y las esperanzas populares utilizadas como escalones al poder.


Por eso, entre muchas otras actividades fracasadas del oficialismo, como el abandono de nuestros viejos, la manipulación generalizada de los indicadores, es que sostenemos que es necesario cambiar a quienes nos Gobiernan, nadie podrá hacerlo peor que estos.


El candidato oficialista sigue intentando vendernos ilusiones, incluso planteándonos que hará un Gobierno de jóvenes, lo que evidentemente es falso al observar que quienes le acompañan son los mismos de siempre, que quieren repetirse nuevamente el plato.