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Henrique Capriles Radonski, que ayer presentó su plan
de Gobierno e invitó a los ciudadanos a analizarlo,
representa una oportunidad única para que los venezolanos
se deshagan del actual tirano. |
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Horas de definición en Venezuela,
por
Mario Montes.
Horas de definiciones
para el pueblo venezolano que debe decidir el domingo si continúa con el megalómano dictador, Hugo
Chávez, que ha dilapidado los recursos públicos en comprar amistades al
interior del país y en el exterior, o si
se da la oportunidad de un cambio con el candidato opositor Henrique
Capriles.
La postura opositora no resulta fácil pues, además
de tener que luchar contra la imponente maquinaria política creada por Chávez,
debe enfrentar la violencia desatada por sus grupos paramilitares y el fraude
que ha caracterizado los últimos comicios que se han realizado en el país, en
los que han resultado evidentes las trampas.
En la Venezuela bolivariana ya no existe la
separación entre los poderes del Estado, el Ejecutivo controla completamente la
maquinaria estatal, el riego inmediato es que los venezolanos pierdan todas sus
libertades, de las que ya les quedan pocas, y que se consolide brutalmente el régimen
represivo unipersonal y tiránico.
El totalitarismo chavista ha quedado plenamente corroborado
con el manejo desaprensivo de PEDEVESA y el manejo de los ingresos petroleros,
de los que una parte importante se han destinado a subvencionara Gobiernos
similares, como el de Cuba, al que se entrega en carburante a valores que a lo más
son referenciales.
La industria y el comercio han sido conscientemente
reventados, la inflación supera largamente las cifras oficiales, la moneda
extranjera no está al alcance de la ciudadanía ni del comercio, el Estado maneja
la distribución de alimentos creando una dependencia de la subsistencia
limitada a aquellos que apoyan al
opresor.
La muerte de tres opositores en el Estado de Barinas, donde el cierre de campaña del
postulante opositor fue atacado violentamente por partidarios del actual
Gobernante debe ser una campanada de aviso que alerte a los ciudadanos de los
extremos a los que puede llegar la locura que ha inoculado Chávez a la política
de ese país.
Aunque tenemos dudas de que el resultado de las
elecciones no se encuentre cocinado por la manipulación de los sistemas
electrónicos de votación, creemos que el pueblo venezolano tiene la oportunidad
de deshacerse de la lacra roja que les ha sometido y le llamamos a con el voto
botar al corrupto sistema despótico.
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