Venezuela: Crecen las sospechas de un gigantesco
fraude enlas elecciones Presidenciales del domingo
recién pasado, en las que se dio como ganador al tirano,
Hugo Chávez, pisoteando, una vez más la voluntad
popular,
fraude enlas elecciones Presidenciales del domingo
recién pasado, en las que se dio como ganador al tirano,
Hugo Chávez, pisoteando, una vez más la voluntad
popular,
NO SE EQUIVOCARON.
El pueblo venezolano no se equivocó. Pero tampoco el Gobernante
PSUV puesto que tenía a su disposición la facultad de contar los votos y
anunciar un holgado triunfo, que muy probablemente no fue tal.
Indicios sobre un
fraude colosal de proporciones tan vastas como la reserva petrolera que yace en
el subsuelo existen, pero no inquietan al resto de los países que mantienen
relaciones con la Administración de Hugo Chávez, a quien el Consejo Nacional
Electoral CNE, le atribuyó el 54,42 % con el 80 % de los votos escrutados.
Henrique Capriles recibió, según esas cifras apenas el 44,97 % es decir diez
puntos de diferencia.
Lo extraño es que el
Senador Alejandro Navarro, veinticuatro horas antes que el CNE entregase su
cómputo final, total e "irreversible" proclamó en Chile que, su amigo
y mentor Hugo Chávez, obtendría la victoria con exactamente ese resultado : 54
% lo dijo en su página de campaña y al día siguiente, domingo 7 lo reiteró
tempranamente vía twitter.
¿El Senador del MAS
tiene el don de adivinar, de ver el futuro? No. El Parlamentario es parte del
chavismo y está al tanto de lo que es una situación evidente. Que nunca un
proyecto como el caracteriza al de Chávez, fue desalojado mediante el voto.
Puesto que la voluntad de mayorías informes, no importa. Lo que es definitorio
es quién cuenta los votos para consolidar el modelo de sociedad que se persigue
instaurar, haciéndole "irreversible"
De modo que muy
probablemente, las protestas de fraude, denuncias de máquina
"cargadas" con sufragios a favor de Chávez, el matonaje, sacar tropas
y tanquetas a la calle para amedrentar a los opositores, lenta pero seguramente,
perderán fuerza e ímpetu ya que el espíritu triunfalista de los seguidores de
Capriles, quedó aplastado.
Ni EEUU ni los países
del vecindario cuentan con elementos creíbles para presionar. Cosa que, por lo
demás, surtiría el mismo efecto que el bloqueo a Cuba. Casi sin excepción las
Cancillerías del subcontinente, la de Chile entre ellas, hablan de un
"proceso electoral impecable"
Sin embargo, cosa
extraña, luego que todas las encuestas a boca de urna daban cuenta de un
avasallante triunfo de Capriles, al unísono dejaron de hacerlo para hablar al
minuto siguiente sin pausa y sin ambages, de lo opuesto. Nada muy sutil por
cierto.
Al parecer para los
cercanos al chavismo, era muy incómodo ponerse en el escenario adverso. China,
Cuba y el propio EEUU que refina la totalidad del crudo venezolano. Para los
Castro que reciben prácticamente gratis, 115.000 barriles diarios de petróleo.
Para China, que figura como segundo socio comercial de Caracas y su principal
proveedor de créditos. Para Cristina Fernández que a su vez, recibe divisas
como los US$ 3.000 millones para pagar parte de la deuda externa o los US$
4.700 millones que Chávez le compró de ese mismo paquete.
Es la misma situación
de las Antillas, de Nicaragua, de Ecuador, de Bolivia y del Uruguay. Todos cual
más cual menos, dependen de los petrodólares que generosamente les dispensa
Hugo Chávez, para financiar su proyecto socialista continental.
¿Hubo fraude? Todo lo
sugiere. Desde un sistema electrónico de votaciones vulnerable y manipulable. A
la confección en Cuba, de decenas de miles de cédulas de identidad triplicadas,
cuadruplicadas y aún quintuplicadas, para ayudar al amigo
"bolivariano"; el retraso y lentitud de este proceso (el más avanzado
de América); luego impedir - por la fuerza del fusil -, el cierre de mesas que
ya no tenían desde horas atrás, ciudadanos en espera y un largo rosario de
quejas que aparecen en las redes sociales.
En síntesis. Ya está.
Chávez probablemente empleará la mayoría que tiene en la Asamblea Nacional,
para forzar una reforma e instalar un sucesor. El 16 de diciembre el país
enfrenta un nuevo proceso. Se elegirán Gobernadores y Alcaldes y quizá Henrique
Capriles logre recuperar en algo el decaído ánimo de la oposición. Pero ya será
tarde. Tendremos Chávez por 20 años hasta el 2019. Y que llegue a completar
éste, su cuarto período en el poder, dependerá ya no de la política sino sólo
de su estado de salud y de la evolución del cáncer que lo aqueja.
Tomado de Despierta Chile.
No hay comentarios:
Publicar un comentario