Ley
del embudo...
Del
Gobierno del Presidente Sebastián Piñera depende aplicar las leyes
e impedir que sectores ultristas de la izquierda sigan intentando
silenciar inclusive utilizando la fuerza bruta a quienes tienen una
opinión diferente de la de ellos en referencia a nuestro pasado
histórico reciente.
Nos
parece insólito que agrupaciones, tras las que claramente está la
mano de un sector de la concertación, pretendan seguir ocultando la
verdad de lo ocurrido hace unos años y por sí, impedir que otros
grupos ciudadanos puedan ejercer sus derechos Constitucionales.
Creemos
que estas actitudes, que han sido avaladas por Carolina Toha,
Presidente del PPD, y el Diputado democristiano Sergio Ojeda, con el
apoyo de una prensa obsecuente que ha hecho de caja de resonancia,
amenace a quienes tienen una visión diferente con su “barra
brava”.
Estos
actos de amedrentamiento
sobre las personas, con que se pretende paralizar al adversario por
el terror, son absolutamente inaceptables en un país con nuestro
Estado de derecho y actual desarrollo son inadmisibles, por la
por la transgresión a los derechos humanos que implican.
Pareciera
que a algunos les asusta y espanta que el documental Pinochet pueda
mostrar la verdad de lo ocurrido y los avances del país en la
Administración Militar, lo que sin duda les quitaría un arma
política y grandes fuentes de financiamiento.
La
responsabilidad de lo que suceda cae, como es evidente sobre quienes
convoquen a este acto de matonaje político, sobre los que con
silencio cómplice callan y ciertamente sobre aquellos que
deben hacer cumplir la Constitución y las Leyes.
Esperamos
que las Instituciones funcionen esta vez y se impida esta prepotente
prohibición para que algunos se puedan expresar, para que el país
no tenga que lamentar la institucionalización de la violencia como
herramienta de la lucha ideológica, que tan cara debimos pagar los
chilenos en tiempos relativamente cercanos.
Parodiando
a Darío Saint Marie, Volpone, dueño, acérrimo allendista y
Director del Diario Clarín, en la época de la unidad popular,
decimos: “Cavernícolas, el pensamiento no se encadena ni se
silencia con amenazas”•
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