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jueves, 2 de febrero de 2012

Proporcional: las verdaderas razones, por Gonzalo Rojas Sánchez.


Proporcional: las verdaderas razones, 
por Gonzalo Rojas Sánchez.


La pregunta no es ofensiva, es obvia. Los partidos que proponen un sistema electoral proporcional - simpliciter o corregido-, ¿quieren beneficiar a quienes hoy no tienen representación, o sólo mejorar su propia posición respecto de la que han obtenido mediante el binominal?


Hasta ahora, sus argumentos recurrentes han sido que con el sistema vigente hay graves situaciones de marginación que se suman a los casos de sobrerrepresentación. Entonces, ¿los partidarios de la reforma estarían buscando en primer lugar beneficiar a quienes hoy no tienen parlamentarios y a quienes sólo consiguen representación en virtud de pactos por exclusión? ¿Pura generosidad con el hermano débil?


No, esa es simplemente una razón publicitaria, que pretende mejorar su deteriorada imagen, para que se diga algo así como "por fin los políticos se han dado cuenta de que el mundo social está fuera del Congreso, y quieren abrirle las puertas para que accedan a él todos los marginados". Algo así como la redención después de 22 años de opresión.


Pero no es cierto: no se busca la incorporación de nuevas fuerzas; ese argumento es pura demagogia.


En la actualidad hay 13 partidos políticos legalmente organizados en Chile y ocho de ellos tienen representación parlamentaria. Varios independientes completan las nóminas del Senado y de la Cámara.


¿Algún ciudadano en sus cabales puede sostener que entre 13 opciones, que entre ocho representaciones, no encuentra una que le resulte aceptable? ¿Qué tipo de " locate lli " es el que necesitaría más de 20 alternativas para poder marcar preferencia por una de ellas?


Los propios políticos actuales saben que el rechazo de millones de chilenos a su comportamiento no tiene que ver con ideologías o doctrinas, sino con sus palabras y con sus actitudes.


Son los parlamentarios los que tienen que cambiar. Una modificación del sistema puede que atraiga a unos pocos idealistas que hoy están fuera de la escena, pero sobre todo va a multiplicar el mismo tipo de políticos actualmente en oferta.


Y, desgraciadamente, contra toda sinceridad, son otras las verdaderas razones por las que quieren cambiar el sistema, aunque son justamente los motivos que ninguno se atrevería a confesar.


¿Cuáles son esas razones?
En primer lugar, necesitan más cupos de candidatos para sus propios militantes. A ninguno de los cuatro de la Concertación les alcanza con los 120 a repartir para diputados, y a Renovación, aunque le sobra con sus 60, no le parecería nada de mal potenciar más nombres para acercarse a la UDI.


Con un sistema proporcional que eligiese 150 diputados, vaya, podría haber unos 120 candidatos por partido. Más que duplicar las postulaciones, facilitaría mucho la resolución de las tensiones internas.


Como segunda razón, un nuevo sistema electoral sería la ocasión de deshacerse de los díscolos que pueblan todos los partidos hoy empeñados en la reforma. ¿Quieren distinguirse, amigos? Ningún problema: hagan la de ME-O, pero con mucho mayor facilidad. Váyanse y formen un partido nuevo: tendrán candidaturas aseguradas y, al contar los votos, quizás conseguirán un diputadito por aquí y otro por allá.


Para los tránsfugas, será un dulce fácil de chupar, pero de corta duración. Porque los resultados de una primera elección con el sistema proporcional para elegir 150 diputados, darían algo así como: UDI, 41; RN, 24; PS, 23; DC, 21; PPD, 15; PR, 8; PC, 4, PRO, 4; PRI, 2; nuevos partidos, 8, distribuidos entre 5 colectividades.


O sea, más de lo mismo en cuanto a representación, aunque mucha menos facilidad para los acuerdos, por la presencia de los encantadores 8 recién llegados. Pero ese es tema para otra oportunidad.

1 comentario:

Cesar dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.