Clase
política desprestigiada por sí misma,
por Mario
Montes.
Revisando
los sucesos de los últimos días, en los que es fácil encontrar muestras de
demagogia extrema, de falsía ideológica y de mala intención, destinada a hacer
fracasar al Gobierno de Piñera, en entiende con mucha facilidad el desprestigio
inmenso que tiene nuestra clase política.
Los
mismos que dejaron a centenares de miles de compatriotas sin trabajo, con
medidas de reajuste populistas, los que cortaron violentamente la racha de
crecimiento que dejó el Gobierno de la Fuerzas Armadas, ahora, quieren poner de
rodillas a la Administración negándole la sal y el agua.
Ver
la vehemencia casi demencial con la que se han ido encima del Gobierno de
turno, ciertamente haciendo lo contrario de lo que realizaron mientras tuvieron
el poder, configura un verdadero sainete, con algunas connotaciones payasescas,
que en nada ayudan a mejorar la situación
popular.
Resulta
casi risible, si no fuese por la tragedia que lleva implícito, ver a estos “gladiadores”
de la defensa popular, que poco hicieron en sus cuatro lustros de Gobierno,
abandonar la sala del Parlamento, haciéndose cómplices por omisión, de una
medida que critican ácidamente.
Tal
como lo hicieron en el pasado, en el que comenzaron falseando nuestra historia
reciente, quieren engañarnos nuevamente, seguramente pensando que nos olvidamos
de la alegría que nos ofrecieron, de Patria buena que pregonaron, del
crecimiento con igualdad o del estoy contigo.
Es
cierto lo que dicen algunos en el sentido que los salarios son inmensamente más
bajos que los europeos o los norteamericanos, pero, todos ellos callan el hecho
indesmentible de que nuestra productividad es infinitamente inferior a la de
aquellos países, lo que explica la tremenda diferencial.
Políticos
serios, sea en el Ejecutivo o en el Parlamento, deben preocuparse seriamente
por las mejorías de los sueldos de los trabajadores, en especial de los más
frágiles, pero, para no provocar el monstruo devorador de los bolsillos más
humildes, la inflación, deben tomar medidas seria sobre la productividad.
Personajillos
mediocres, cuándo no de dudosa moralidad pública, como los Girardis, los Frei,
los Lorenzzinis, los Navarros u otros de la misma especie, solo aportan a
llenar el país de odiosidades y en nada colaboran por lograr la Justicia Social
o mejorar la distribución de los ingresos.
Si
queremos mejorar la situación de todos los chilenos, en especial la de los más
humildes, necesitamos un cambio de mentalidad que lleve a representarnos en el
Congreso a los mejores elementos de nuestra sociedad, sacando de ese templo de
la democracia a los charlatanes y elementos faranduleros.
Cómo
hemos advertido permanentemente no somos especialmente partidarios del Gobierno
que encabeza Sebastián Piñera, pero, consideramos antipatriótico y antipopular
lo que está haciendo la oposición al realizar sus mejores esfuerzos para lograr
el fracaso de la Administración.