Predicar con
el ejemplo,
por Mario Montes.
El
ejemplo de Juan Carlos I, su hijo Felipe y del Primer Ministro español, Mariano
Rajoy, y su Gabinete, que siguen la determinación del Presidente de Francia,
François Hollande, de rebajar sus sueldos, debiera ser considerado, sobre todo
en momentos en que se discute el salario mínimo, por nuestra clase política
como una demostración real de solidaridad con
aquellos que viven con remuneraciones miserables y con los que padecen
de los efectos de la crisis mundial.
La
palabrería con que los políticos llaman a apretarse el cinturón y a realizar
ajustes, que no parten precisamente por acciones paradigmáticas de quienes nos
dirigen no pasan de ser palabras de
“buena crianza” o simples demostraciones de un populismo aberrante y demagógico
de personajes que se han acostumbrado a una vida fácil, y de bastante poco
esfuerzo en muchos casos, sustentadas por los altos impuestos que deben pagar
los trabajadores chilenos.
Sin
duda alguna las altas remuneraciones que recibe la clase política, a las que se
deben agregar millonarios beneficios, las permanentes peleas con sus amigos y
con sus adversarios, sumadas al escaso cumplimiento de sus promesas de los
periodos electorales, además de los shows permanentes de algunos de sus más
nombrados exponentes, son los responsables
de la mala imagen que la ciudadanía de la actividad pública y del desprestigio
en que está cayendo nuestros sistema de Gobierno.
No basta con predicar que se debe igualar las
oportunidades de todos nuestros compatriotas, no alcanza con el discurso
populachero con que dicen defender a los más débiles de nuestra sociedad,
creemos que estamos en el tiempo y el momento en que los discursos deben
traspasarse a la realidad y, con más hechos que con palabras, demostrar la
veracidad de sus peroratas dando un ejemplo de austeridad de la que ciertamente
están muy lejanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario