Nuestra
visión del candidato señor Allamand,
por Mario
Montes.
Don Andrés Allamand, en entrevista con
Televisión Nacional, hizo notar, como diferenciador, “su trayectoria” de “servicio
público”, destacando su paso por el Parlamento y su calidad de dirigente
político, aduciendo que su experiencia política hace la diferencia, sosteniendo
que su actividad privada a estado circunscrita al ejercicio de la abogacía.
Creemos que es importante recordar la
trayectoria de ex Ministro, que destacó en la época de la UP como dirigente estudiantil,
donde sin duda dio una dura batalla, siempre estuvo a la sombra de Sergio
Onofre Jarpa, al que luego abandonó por Sebastián Piñera, del lado del que
desertó para ser un samurái de Lavín, del
que se alejó para volver con Piñera.
Su record electoral no ha sido particularmente
auspicioso, en las Parlamentarias de 1993 fue elegido Diputado por el Distrito
23, gracias a la alta votación obtenida con Carlos Bombal, el 1997 postuló al
Senado, perdiendo ante Bombal y Estévez, el 2005 fue elegido para la Cámara
Alta sin competencia, en lo que técnicamente se ha graficado como una
designación por el sistema binominal.
Pensamos que la cara de seriedad que ostenta,
con la que intenta parecer un estadista, es lo contrario a la visión que de él
tiene la ciudadanía, que ciertamente no puede olvidar que Renovación Nacional,
partido del que era Secretario General y Vicepresidente, apoyó al Gobierno del ex Presidente Pinochet,
pero, al momento de los quibos no movió un dedo en el plebiscito de 1988.
Estamos ciertos, sobre todo después de ver el
resultado de las elecciones Municipales que la “experiencia” política que
destaca el señor Allamand Zavala no es precisamente el atributo que la
ciudadanía está buscando en sus líderes, pues, pragmatismo de por medio, la
mediocridad de la clase política simplemente tiene hastiados a los electores
que quieren a alguien que se preocupe de sus reales problemas.
Para nosotros, y conste que es nuestra mirada
que puede ser subjetiva puesto que no conocemos en persona al personero, el ex
socio de Jorge Schaulsohn no es una carta confiable, creemos que es demasiado “pragmático”,
esa peste del actuar político en la que los hombres públicos asumen las
posiciones que les conviene y en el momento en el que puedan favorecer sus
ambiciones personales.
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