Por qué Bachelet NO,
por Sergio Melnick.
De la Concertación
histórica ya queda poco o nada. Tuvo 20 años de Gobierno, 16 de ellos bastante buenos,
pero con un fin abrupto tras la gestión de Bachelet y Velasco, en que
básicamente el país dejó de prosperar, se soltó la chequera pública de manera
irresponsable y se compraron así las conciencias populares en la vieja usanza
de la izquierda que parecía haber evolucionado tras el Gobierno de Lagos y su
gran Ministro de Hacienda, Nicolás Eyzaguirre. Con Bachelet, Chile gastó mucho,
pero casi no produjo. Las finanzas públicas se desordenaron dejando una pesada
herencia Fiscal. La mitad de los fondos del cobre fueron dilapidados, y quedaba
una sensación básica de mucha corrupción. La gestión social y general fue
francamente mediocre, no había controles apropiados, mala coordinación, malas
directivas públicas.
Empresas como ENAP fueron
masacradas, llegando ésta a perder US$ 1.000 millones en un año, además de
haberle inyectado US$ 250 millones de capital. Recursos que debieron ir a
políticas sociales. Una empresa que antes aportaba al Fisco, ahora succionaba
recursos. Codelco perdió competitividad y también fue necesario inyectarle
recursos de capital. EFE fue sólo otro ejemplo de mala gestión. Para qué
hablamos del Transantiago, una onerosa herida que heredan futuras generaciones
que deberán financiar y además con un servicio mediocre. La crisis hospitalaria
fue permanente y hasta hubo inauguración de uno con pacientes falsos. El
Senabast en crisis permanente, como el Sename, Chiledeportes, Conadi, Onemi y
tantas otras que se olvidan.
Durante el periodo de
Bachelet, el desempleo fue muy alto, también la inflación, la productividad
cayó sistemáticamente igual que la inversión. Las concesiones de cárceles y
hospitales fueron un fracaso, y las de obras públicas simplemente detenidas. No
hubo progreso alguno en educación, donde ella había prometido “la más grande
revolución en educación”. Nada. En seguridad pública los indicadores
empeoraron.
Sí hubo una mejor política
de vivienda, salas cuna, y en las pensiones solidarias. Pero estos logros
fueron opacados por los muchos desaciertos. Sus promesas de paridad de géneros
no la cumplió, menos la de no repetirse el plato, que ahora es una paradoja. En
salud, terminó su Gobierno con unas 400.000 personas en colas AUGE simplemente
por mala gestión. Su Ministro de Educación fue destituida por mala gestión
administrativa. Su permanente apoyo a Chávez fue bochornosamente abierto por el
Embajador Huepe.
Sus voceros eran
simplemente odiosos y descalificadores, en la vieja usanza de la UP y la
generación de odio. Ella misma puso frases destempladas para su oposición, sosteniendo
que ésta no se atrevía a mirar a sus hijos a la cara, o que la derecha temblaba
cuando la izquierda salía a la calle. Nombró un “gerente del aire” para
Santiago que se lo tragó el aire. Nombró un “zar antiburocracia” que nunca hizo
el trabajo y apareció después como Jefe de Gabinete de un Ministro. Se demoró
un año en nombrar un Contralor; insólito. En Energía, básicamente no se hizo
nada, salvo construir más de 40 centrales térmicas muy contaminantes, pero
hablando públicamente del cuidado del medio ambiente.
En política no hubo
reformas relevantes y la Concertación inició su camino al desierto. En su
periodo hubo abandono de personas simbólicas de la Concertación como nunca; por
ejemplo, Flores, Schaulsohn, Mulet, Zaldívar, Ominami, ME-O, Arrate, Sepúlveda
y Navarro, entre otros. Ya sabemos que perdieron la Presidencial previo a un
estruendoso fracaso en la Municipal de 2008. Ya nadie se acuerda de la mala
implementación de los Tribunales de familia, o las becas internacionales, o la
incapacidad de presentar un proyecto concreto de alternativa al binominal, y
tampoco fue capaz de hacer debidamente la reconstrucción del terremoto del
norte. Además, aún están en la retina de los chilenos los videos de su
actuación para el terremoto del 27-F. En fin, deberá dar explicaciones de todo
esto antes de poder proponer nuevas ideas, y es difícil por lo tanto entender
por qué querría repetirse el plato. Los estudiantes del 2011 la emplazaron
ferozmente y aún esperan sus respuestas.
Sumado a sus serias
incompetencias de gestión, aparece una nueva y compleja oposición, herida y
destemplada, que agrupa ahora a la DC, PPD, PC, PRSD, IC, PRO, PS, PRI, MAS,
que mantienen diferencias programáticas impresionantes y manadas de díscolos.
Para tamaña discordia se requiere de un liderazgo que simplemente ella no
tiene. Adicionalmente, con todas estas debilidades, debe enfrentar una primaria
con Gómez, Velasco, Orrego, quizás un PC, y luego enfrentar a ME-O en la
primera vuelta, al tiempo de ser emplazada por la Alianza. Ya vimos todos el
increíble papelón que hizo Frei en la última elección. Deberá responder no sólo
por lo que hizo mal, sino también por lo que no hizo como el posnatal de 6
meses, el fin del 7% a los jubilados, la baja del crédito estudiantil, etc.
Podría quizás ganar, pero difícilmente Gobernar.
No hay que
olvidar que popularidad no es sinónimo de buen gobierno, y por eso vamos a
decir que NO.
Tomado de Diario La Segunda.
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