Abortar la
oposición,
por Pablo Ortúzar.
El mensaje Presidencial
de Bachelet fue superficial y demoroso, como la reconstrucción del norte y de
Valparaíso. Al igual que su programa, y copiado en buena medida de él, lo dicho
no pasó de eslóganes y lugares comunes sin detalles ni plazos. Esto no es
porque sus asesores no puedan escribir algo mejor: es la forma de hacer
política que se terminó instalando en la antigua Concertación. Consiste en
decir poco y nada en un tono dulce, victimizarse frente a cualquier
discrepancia, cooptar y desmovilizar cualquier oposición, favorecer a su
clientela política y hacer finalmente lo que quieran. El movimiento estudiantil
conoce esta estrategia, la oposición política también. Lo que no saben es cómo no
ser derrotados por ella.
El aporte al "diálogo democrático" de
esta forma de entender la política es nulo, ya que parte del supuesto de que el
lenguaje no es un medio de comunicación, sino un arma al servicio del poder,
tal como la entendían los sofistas. Por esta razón, no sorprende que uno de los
hitos del mensaje haya sido una alabanza hipócrita al proceso de tramitación de
la reforma tributaria en la Cámara Baja, que el ex Ministro Aninat calificó
como una mancha negra en la historia política de Chile. Ese elogio fue una
notificación a la oposición interna y externa al Gobierno: quien lo desafíe
será considerado obstruccionista o retardatario. La democracia, en fin, será
entendida como el ejercicio mediante el cual el grupo que se designa
representante de la mayoría contingente se encarama al poder y patea la
escalera.
Un ejemplo de esto es que luego de decir hasta
el cansancio que no acabarían con la educación particular subvencionada y
acusar de "campaña del terror" a quien lo dijera, la Diputado Yasna
Provoste, por error, confirmó en una entrevista posterior al discurso que
arrasarían con ella.
Sin embargo, las loas de Bachelet al bochornoso
proceso de reforma tributaria también demuestran otra cosa: que el Ministro
Arenas no fue capaz de mantener a flote la reforma por sí solo y no logró el
objetivo original del Ejecutivo, que era recibir el 21 de mayo con la
iniciativa aprobada. Y se ve que la mano en educación no viene mucho mejor. Los
adversarios de La Moneda parecen haber estado por sobre las expectativas del
grupo de poder que la controla, además de haber rebasado los límites de la
centroderecha, tal como han reflejado las críticas surgidas en el mundo de la
centroizquierda y de los gremios. Luego, el trabajo Gobiernista de cooptación,
desmovilización, distracción y división del adversario será reforzado durante
las próximas semanas. Y eso se dejó ver en el discurso.
Primero, ya que el movimiento estudiantil
universitario se encuentra cooptado por completo por la Nueva Mayoría, Bachelet
entregó a los secundarios un preciado tributo: pase escolar sin limitaciones.
Haciendo lo que Lavín no hizo, Bachelet sabe que desconecta focos de conflicto
y aísla a los liceos de excelencia que se levantaron contra el fin de la
selección.
Segundo, un artefacto extraño dentro del
discurso fue la introducción de un programa abortista. Y vale la pena
reflexionar respecto a la función política de éste: el debate
"valórico" fracciona a la oposición ciudadana que comienza a cuajar y
sirve para distraer a la opinión pública de las reformas que está imponiendo el
Gobierno.
En otras palabras, dividir para gobernar. Pero
con tono maternal.
2 comentarios:
por eso yo admiro la gordura de michel machiavello chanchelet.
por eso yo admiro la gordura de michel machiavello chanchelet.
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