Las cosas por
su nombre: es terrorismo,
por Mario Montes.
Desde la llegada de Michelle Bachelet,
acompañada de la pandilla de la nueva mayoría, se ha tratado de ocultar con
eufemismos la realidad terrorista que está atacando a La Araucanía y mantiene
en un régimen de terror a la ciudadanía sureña.
Los sujetos de la etnia mapuche, y sus secuaces
nacionales o extranjeros, no son activistas o manifestantes, ni tampoco
delincuentes comunes, son una minoría que usa de la violencia intentando
desmembrar el país y/o presionar por el miedo para la obtención de beneficios
grupales.
Este grupúsculo, que ciertamente no representa
a la mayoría de los mapuches, parece sentirse por sobre las Leyes nacionales y
no trepida en asesinar ni en asolar los territorios de los que quieren expulsar
a los huincas que según ellos les robaron sus tierras.
En las últimas horas se produjo un tercer
ataque, ahora en el sector de Quepe, al
sur de la ciudad de Temuco, quemando dos máquinas para trabajos agrícolas, las
cuales serían de propiedad de un empresario de la localidad de Cunco Chico.
Los incendiarios terroristas, que ya han
causado graves daños a la Región, que gracias a ellos tiene la mayor pobreza y
cesantía del país, dejaron un lienzo que decía "Prisioneros mapuche en
huelga de hambre. José Llanca Tori, libertad ahora”.
El Gobierno, por medio del Intendente de la
Región de La Araucanía, Francisco Huenchumilla, anunció que se querellará
contra los responsables de estos ataques, como si condujese a algo hacerlo sin
usar la Legislación agravada contra este tipo de delitos.
Creemos que la debilidad que han demostrado los
6 Gobiernos últimos ha generado una sensación de impunidad, que aterroriza a la
ciudadanía, y dado fuerza a grupos extremistas ideologizados para seguir atacando
violentamente la convivencia nacional.
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