Derechos
violados,
por Gonzalo Rojas S.
Entre medio de tanta discusión sobre tributos,
clase media, selección escolar, mérito, acuerdos o aplanadoras, poco se ha
reparado en el nuevo plan del Ministerio de Educación para la enseñanza de los
derechos humanos.
¿Qué se sabe?
Que el Ministro lo ha encargado y que en su
elaboración se va a trabajar con el Instituto de DD.HH.; que el objetivo es
intervenir las mallas curriculares de básica y media; que la manipulación
estará centrada en el ramo de Orientación: nada nuevo, pero todo muy grave.
El programa Bachelet plantea que hay
"desafíos no solo en cuanto a las violaciones que se cometieron bajo la
dictadura, sino que también en cuanto a garantías para aquellos derechos
surgidos en democracia". Y el Instituto de DD.HH. ha afirmado que
"los programas de estudio mantienen una presentación centrada en factores
explicativos del golpe de Estado, sin establecer ninguna mediación entre esos aspectos
y la imposibilidad de justificar o legitimar las violaciones de los derechos
humanos". (En castellano: deben callar toda referencia desde el 10 de
septiembre para atrás y explicar el idealismo de los terroristas). Y agrega:
"No se evidencian tampoco actividades que fomenten el reconocimiento de
las víctimas o el carácter sistemático de estas violaciones de derechos".
(En castellano: no hay acciones que obliguen a los alumnos a rendirles homenaje
a miristas, elenos, frentistas y lautaristas, y no se ha logrado evitar que
haya chilenos que agradezcan la liberación obrada por las FF.AA.).
¿Hacia dónde vamos?
Hacia la inhumana deformación de niños y
jóvenes, privándolos de toda posibilidad de entenderse a sí mismos como
chilenos liberados de un proyecto siniestro, que les será presentado como
idílico. Les repetirán que el país tuvo cáncer por culpa del cirujano que lo
operó... del cáncer. ¿Le suena lo del cáncer? "Usted no desea operarse del
cáncer; pero llega el momento en que usted tiene que operarse el cáncer;
nuestros cirujanos son las Fuerzas Armadas" (Eduardo Frei M. al ABC de
Madrid, 10 de octubre, 1973).
Para que haya una real formación en derechos
humanos debe explicarse:
Que hubo sistemáticas violaciones a los
derechos de las personas entre 1964 y 1973 en los campos, en la educación, en
las fábricas, en los barrios, en las calles, en la vida cotidiana. Violaciones
planificadas y perpetradas por gobiernos democráticos y por los partidos que
los apoyaron;
Que hubo grupos terroristas que violaron los
derechos humanos durante esos años, así como desde septiembre de 1973 en
adelante, asesinando civiles y uniformados, incluyendo a un senador; que
algunas de esas acciones las lideró un actual Diputado, quien no oculta su
responsabilidad;
Que hubo contabilizadas y gravísimas
violaciones a los derechos humanos por parte de uniformados y civiles que
reprimieron abusivamente esas acciones, faltando en algunos casos al más
elemental respeto a la dignidad de los detenidos;
Que hubo una generalizada promoción del derecho
humano básico, la vida, durante la Presidencia Pinochet, tanto en su dimensión
más elemental (poder sobrevivir a las enfermedades mortales de la infancia)
como en la más desarrollada (poder vivir en un país libre);
Que ha habido una sistemática agresión, por
parte de sectores tendientes a la barbarie, por privar a los niños chilenos,
mediante el aborto, de ese derecho humano elemental;
Que los derechos humanos de los militares
procesados son sistemáticamente violados por Jueces que vulneran los más
elementales principios de la justicia, como lo ha demostrado en su magistral
trabajo Adolfo Paúl.
No, no hay pluralismo en Chile y para algunos
no hay derechos humanos efectivos. Y mal pueden enseñarlos quienes violan la
verdad.
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