Impacto
de la reforma tributaria en los fondos de pensiones,
por
Cristián Rodríguez A. (*)
En el último tiempo se ha debatido sobre la reforma tributaria, su
justificación y sus consecuencias. Afortunadamente, el debate ha permitido
encontrar materias susceptibles de mejoras. La intención de esta columna no es
entrar en el debate de la reforma en sí ni de su necesidad, sino destacar solo
las consecuencias que, de aprobarse como está, tendrá sobre los afiliados a las
AFP.
En la actualidad, nuestro sistema tributario es lo que se denomina un sistema integrado, esto quiere decir que los impuestos deben ser pagados solo una vez y por el contribuyente final. En la práctica eso se traduce en que una empresa paga impuestos por sus utilidades y al pagar dividendos a sus accionistas, estos ya traen el impuesto pagado. Por lo tanto quien los recibe, usa el impuesto ya pagado por la sociedad como un crédito al impuesto que le corresponde pagar como accionista y solo paga la diferencia entre su tasa marginal y la que ya ha sido enterada por la sociedad para ese dividendo.
En caso que el accionista se encuentre en un tramo de impuesto inferior al de la empresa, entonces solicita a Tesorería, en su declaración anual de impuestos, una devolución por la diferencia entre el impuesto que debiera pagar y el que la compañía efectivamente pagó. Este sistema es válido para todos los chilenos, en todos sus vehículos de inversiones, excepto para aquellas que mantienen a través de los fondos de pensiones.
Efectivamente, en la actualidad, el fisco no está devolviendo a los afiliados a los fondos de pensiones el crédito por el impuesto de primera categoría que legítimamente les corresponde por los dividendos que reciben de las inversiones que mantienen en acciones chilenas a través de los fondos de pensiones. Esta inequidad tributaria hizo que el fisco se haya quedado indebidamente, solo en el año 2013, con cerca de US$ 90 millones de propiedad de los afiliados a los fondos de pensiones.
Según las cifras del SII, en el año tributario 2013, al menos el 96,6% de los afiliados a los fondos de pensiones, se encontraba en una tasa marginal de impuestos de 15% o menos, por lo tanto deberían haber recibido devolución por el impuesto de primera categoría por los dividendos percibidos.
La reforma tributaria, de la manera que está presentada a la fecha, al cambiar de base percibida a base atribuida, y al no devolver a los fondos de pensiones o a sus afiliados ni el crédito por impuesto de primera categoría ni por la retención de 10% propuesta, entonces, suponiendo las mismas inversiones y utilidades del año 2013 de los fondos de pensiones en acciones de sociedades anónimas chilenas, el perjuicio que se producirá a los afiliados será de US$ 428 millones anuales.
El ministro Arenas ha reconocido públicamente que los Fondos de Pensiones no son contribuyentes y por lo tanto no corresponde que se les haga la retención del 10%, pero a la fecha no hemos visto ninguna indicación al proyecto que así lo explicite.
Respecto del crédito del impuesto de primera categoría, que producto de la reforma tributaria como está planteada pasará de US$ 90 a más de US$ 300 millones anuales, existe un reconocimiento explícito que también corresponde devolvérselo a los afiliados a los fondos de pensiones, pero se argumenta que dado que dicha devolución no se ha realizado en el pasado, no está contemplado hacerlo en esta oportunidad. Esta línea argumental va en abierta contradicción con uno de los cuatro principales objetivos de la reforma tributaria definidos en el mensaje del proyecto, cual es, avanzar en las inequidades tributarias.
Finalmente, a pesar de ser obvio, hay que destacar que producto de la inequidad antes mencionada los afiliados tributan dos veces por una misma renta, la primera vez cuando el fondo de pensiones perciba o se le atribuya las rentas de las compañías en que invierte y luego al gravarse nuevamente con el impuesto a la renta la pensión que reciban.
No tengo duda alguna que nunca ha estado en la intención de quienes han diseñado la reforma producir un perjuicio a los afiliados a los fondos de pensiones, que como indicamos más arriba, son mayoritariamente personas de clase media, ni pretender financiar parte importante de la reforma con tributos que corresponde reembolsar a este grupo de trabajadores chilenos. Es por esa misma razón que queremos levantar hoy el punto y aprovechar la oportunidad para corregir a tiempo este indeseado efecto, que además sin duda repercutiría en el largo plazo en menores pensiones.
El Gobierno tiene la oportunidad perfecta para corregir una inequidad tributaria en contra de los trabajadores y trabajadoras de nuestro país, que se viene arrastrando por años. Sin embargo, de no introducir las modificaciones necesarias en el proyecto de ley, no solo estará dejando pasar esa oportunidad, si no que estará multiplicando varias veces la inequidad ya existente.
(*) Cristián Rodríguez A. Gerente General de AFP Habitat.
Artículo tomado de Diario El Mercurio.
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