No es de la CIA, ni gringo, no es Paraco, ni guerrillero y tampoco
estuvo en los Oscar, simplemente es un abuelo venezolano brutalmente agredido
por el chavismo y sus fuerzas represivas.
Un pueblo
desarmado e inerme libra su última batalla.
El estallido social en Venezuela es la última
oportunidad del pueblo antes de caer en la tiranía sin retorno de Cuba. Este
enfrentamiento es claramente terminal. No hay ya espacio a negociaciones o
conversaciones que puedan servir a la gente para aflojar el yugo totalitario.
Cualquier parlamento o alivio de la presión de las movilizaciones incrementará
la capacidad del régimen para sofocar toda capacidad de reacción o defensa.
El régimen chavista tiene el control de todo el
aparato gubernativo central y de las otras dos sedes de poder: el legislativo y
el de justicia. No existe ya en Venezuela la posibilidad de que un juez
contradiga una orden del ejecutivo y no existe en la Asamblea Nacional nada
parecido a una oposición que pueda hacer valer su voz y menos sus votos.
El castrismo descubrió que por la vía de
violentar la institucionalidad política, abriéndose paso a codazos por los
resquicios legales, es posible aparecer como "democrático" o
mayoritario, aún cuando es imposible que pueblo alguno se resuelva legítima y libremente
por el socialismo, fracasado en todo el mundo.
En Chile conocemos este método. Allende accedió
al poder pese a no haber alcanzado el mínimo de votos necesarios. La contienda
entre quienes obtuvieron más votos (Alessandri y Allende) fue resuelta por un
Congreso de mayoría democristiana que prefirió al castrista (aún sabiendo el
riesgo de entregar el país a un grupo fanático) por conveniencia política.
Sin embargo, el castrismo representado por
Allende copó la acción pública y se lanzó en su programa totalitario como si
éste hubiera sido lo que las grandes mayorías esperaban. Los jueces fueron
neutralizados impidiendo que la policía substanciara sus órdenes (el ministro
de justicia de Allende advirtió que "la revolución respetaría al estado de
derecho mientras el estado de derecho no estorbara los planes de la
revolución"), los congresistas se vieron impotentes frente a un poder
ejecutivo lanzado a su propio arbitrio mientras las ciudades y los campos eran
arrasados por grupos que arrasaban la propiedad y tomaban control "para el
pueblo" de industrias y de la agricultura.
Aunque lo intentó, lo que no alcanzó a
completar el castrismo chileno fue el control de las fuerzas armadas y de los
medios. Y esa es una lección que los Castro aprendieron muy bien y que
"corrigieron" para el caso de Venezuela.
Hoy los venezolanos están inermes frente a una
dictadura todopoderosa disfrazada de "institucional" que simplemente
lo controla todo.
Eso hace que esta lucha que libran los
venezolanos tenga componentes de heroísmo que merecen una cobertura más honesta
por los medios internacionales.
Se trata de un pueblo desarmado que libra su
última batalla.
Pero
además de librar SU batalla están librando la nuestra, de toda América. Si
lograran derrotar a la dictadura, lo más probable es que a poco andar caiga la
tiranía cubana y las demás dictaduras "institucionales" del
continente empiecen a desplomarse.
Razón de sobra para apoyarles con todo lo que
tengamos.
Tomado de
http://cardenaldo.blogspot.com
NO A LA VISITA DE MADURO, CASTRO Y OTROS DICTADORES DEL CONTINENTE A NUESTRO PAIS.
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